Por Alfredo Ygel
Para LA GACETA - Tucumán
En ocasión del centenario de la Revolución de Mayo, en 1910 Germán Greve, médico chileno de ascendencia alemana, presentó en Buenos Aires en un Congreso Internacional de Medicina e Higiene las ideas y doctrinas del creador del Psicoanálisis, Sigmund Freud. Esta comunicación es considerada como la introducción del Psicoanálisis en Argentina. ¿Cuál es la vigencia del Psicoanálisis a un siglo de su introducción en nuestro país, cuando nos encontramos todavía en el bicentenario de nuestra independencia?
No hay dudas de que el método terapéutico descubierto por Freud impactó hondamente como tratamiento de las enfermedades del alma a partir de devolverle la palabra tanto a las histéricas, como a quienes se encontraban encerrados en sus fobias o a aquellos que sufrían con sus síntomas obsesivos. Además, el Psicoanálisis dejó su impronta indeleble en la cultura, influyendo en la filosofía, la literatura, la sociología y la crítica de arte, hasta introducirse en las revistas de actualidad, en los periódicos, la radio, la televisión o el cine. Términos como Inconsciente, reprimido, histeria, lapsus, acto fallido, interpretación de los sueños, forman parte del lenguaje cotidiano de los argentinos. Es fuerte la influencia del Psicoanálisis en la enseñanza de la Psicología y en la formación de los psiquiatras, su presencia en los servicios de Salud mental, como su extensión al campo de lo social con intervenciones en grupos, instituciones y comunidades. Existe una importante y creciente demanda de atención tanto en los consultorios privados como en los servicios públicos frente a los distintos padecimientos psíquicos y muchas veces queda confundida la consulta a un profesional del ámbito psi, quedando homologado el psicólogo con el psicoanalista. Destaquemos asimismo la enorme cantidad de instituciones de transmisión del Psicoanálisis y de analistas en nuestro país como, asimismo, una significativa producción en congresos, jornadas de trabajo y publicaciones que convirtieron a la Argentina en uno de los más importantes centros psicoanalíticos del mundo, a partir del descubrimiento freudiano renovado por la enseñanza de Jacques Lacan.
La peste freudiana caló hondo con su pensamiento revulsivo allí donde conmovía las estructuras del pensamiento racional de la modernidad. Con la hipótesis del Inconsciente advertía que cuando hablamos no sabemos lo que decimos, que nuestros actos muchas veces no dependen de nuestra voluntad sino que están determinados por fuerzas que desconocemos. Su insaciable búsqueda de la verdad, como forma de liberar al sujeto de aquello que lo mantiene apresado, apareció como respuesta a los enigmas que el malestar y el sufrimiento provocan. Al devolver el valor de la palabra amordazada se presentó como contracara eficaz frente al síntoma, las inhibiciones y la angustia.
Las patologías del siglo XXI
Frente al avance de las tecnociencias, que de la mano de los laboratorios y los nuevos descubrimientos científicos presentan una variada oferta de píldoras para tapar y abolir el sufrimiento y la subjetividad (hasta ofrecer incluso la estafa de las pastillas para la felicidad), el Psicoanálisis, a través de la íntima relación entre analizante y analista, por el difícil pero incitante camino de acceso a su verdad, le devolvió a los sujetos un saber sobre sus padecimientos y un hacer sobre su realidad displacentera.
Si el desafío que debieron enfrentar los pioneros que introdujeron el Psicoanálisis a nuestras tierras fue denunciar la hipocresía de una sociedad regida por la moral victoriana que reprimía su sexualidad pagando el alto costo de las neurosis, hoy la apuesta es constituirse en resistencia frente a la promesa del goce absoluto y el "todo está permitido" de un mundo regido por el llamado al consumo del discurso capitalista globalizado. La segregación, la violencia, la intolerancia constituyen la subjetividad de una época marcada por los signos de la homogeneización del consumo. Las patologías de la actualidad como los ataques de angustia, bulimias y anorexias, suicidios, adicciones, accesos de violencia, aparecen como las nuevas demandas a las que los psicoanalistas debemos responder. Hoy, con 100 años de Psicoanálisis en nuestro país, nos toca a los analistas la tarea de sostener la ética del deseo y la palabra frente a los embates del goce autístico desenfrenado.
© LA GACETA
Alfredo Ygel - Psicoanalista, profesor Facultad de Psicología de la U.N.T., presidente "Grupo de Psicoanálisis de Tucumán".